martes, julio 04, 2017

GITANO/RUMANO GAY OKUPA Y VAGABUNDO FUERA DE ESPAÑA

La ley de Vagos y Maleantes fue obra de Manuel Azaña El régimen de Franco se limitó mayormente a aplicarla? lo que no hizo la República. Y fue en el marco de una obra de saneamiento de los bajos fondos de lA sociedad española, que fueron uno de los leitmotiv del régimen anterior, y del entonces jefe de estado. Unos bajos fondos que es taban poblados en mayor o menor proporción por miembros de las llamadas minorías marginales o sociológicas (sustancialmente gitanos y quinquis o mercheros) Y si esos grupos se encuentran hoy en vías de integración -y “pari passu” de desaparición-, la sociedad española se lo debe a la labor innegable de salubridad publica y de salvaguardia del orden público y de la paz social que llevó a cabo sin pausa ni descanso el régimen anterior
El activista gay, gitano/rumano, ateo, vagabundo? okupa, y no sé cuantas cosas más del que ya nos ocupamos en este blog en mas de una ocasión, anunció hace unas horas en las redes sociales nuncio su salida de España -con fecha de ayer, 3 de julio -, fotocopia acompañando en las redes sociales de su billete de avión de vuelta a su Rumanía, como si fuera enseñando bandera blanca. ¿Gato encerrado en la noticia? Queremos creer que no, aunque el interesado habrá venido a anunciar también su regreso el próximo mes de septiembre. Una provocación mas de su parte, cabe suponer, habida cuenta de la orden de expulsión que este sujeto tenía pendiente, desde el pasado mes de diciembre, después de haberse visto detenido el pasado mes de diciembre, en Málaga por agredir y morder a un miembro de las fuerzas del orden.

Una buena noticia como sea, par el conjunto de los españoles y también por cierto para todos los rumanos gentes de bien, presentes en España que sufren -ellos y el conjunto de los rumanos presentes e Europa occidental trabajando en el marco de las instituciones europeas- de la amalgama (sic) con indeseables de etnia gitana (sic), presentes en los países de la UE, como lo denunció un eurodiputado rumano, Laurentiu Rebega, en una conferencia de prensa a la que asistí que dio el pasado mes de enero en el recinto del Parlamento Europeo en Bruselas

El activista ahora expulso de España arrastraba un historial de provocaciones de lo más cargado, de un sigo sectario, beligerante y guerracivlista todas ellas, de la que tal vez la que más resonancia alcanzó en los medios, fue su intervención el pasado más de noviembre en un acto en la madrileña plaza de Oriente, de homenaje a Franco y José Antonio, donde trató a Franco de “asesino”, con la reacción que cabía esperar -perfectamente comprensible- de algunos de los asistentes.

¿Cual hubiera sido -cabría -preguntar en efecto a algunos- la reacción de nostálgicos del régimen del Conducator, Nicolae Ceausescu, que los sigue habiendo sin duda y que a todas luces deben gozar de libertad de expresión y de reunión en Rumanía, por limitada que ella se vea (que no lo sabemos), en caso de una provocación análoga aunque de signo ideológico opuesto, llamando o tratando de asesino al desaparecido líder comunista rumano?

Y cabe preguntarse también el por qué de la inquina de ese gitano/rumano en contra de Franco, en lo que parece ir mucho más allá, de algunos recalcitrantes españoles que guardan sentimientos análogos de inquina y resentimiento al anterior jefe de estado, como si este ciudadano extranjero les quisiera marcar a aquellos el camino de un nuevo enfrentamiento entre españoles.

“Limpiar a España de sus bajos fondos” Ese fue el leitmotiv que Francisco Umbral -en su novelas sobre la guerra civil- prestaba a Franco durante la el transcurso de la guerra civil española, lo que según el escritor fallecido habría provocado el alargamiento del conflicto, porque -Franco díxit- esa limpia se hacía mejor en la guerra que en la paz” Sin duda, no es óbice que la limpieza de los bajos fondos, con errores fatalmente inevitables, pero con eficacia y contundencia seguiría llevándose a cabo en décadas de posguerra.

Y creo que deba poderse decir -sin que se nos caiga el cielo encima- que esos bajos fondos, se veían poblados en mayor o menor proporción por personas de etnia gitana, y otras minorías sociológicas a ellos más o menos emparentados como los llamados quinquis (o mercheros) Y que esas minorías sobrevivieron (sic) a la guerra civil , sin duda a uno como al otro de los bandos en liza, como lo deja a entender en una de sus novelas sobre la guerra civil. “Madrid 1940. Memorias de un joven fascista

¿La situación ha cambiado al cabo de décadas de posguerra? La integración de esa minorías sociológicas -y pari passu su se habrá proseguido acaso despacito y buena letra? Cabe apostarlo y suponerlo, tas la expulsión de España de este indeseable, que no parece haber gozado -como su expulsión viene a indicarlo y corroborarlo- del apoyo que tal vez contaba haber encontrado entre personas de su misma etnia, de nacionalidad rumana o española.

Y digamos que si otros visos vinieran a confirmar la (aparente) buena marcha de la integración del colectivo gitano en el seno de la sociedad española, habría que atribuírsela y agradecersela en primer lugar a la obra innegablemente de saneamiento de los bajos fondos y salubridad publica y de salvaguardia de la paz social y del orden publico que prosiguió el régimen anterior -bajo la égida del anterior jefe de estado- sin pausa ni descanso durante décadas.

Franco y Antonescu, la comparación inevitable. Dos gobernantes autoritarios que tuvieron que afrontar circunstancias históricas extremamente difíciles, y que cumplieron una obra innegable de saneamiento social de los bajos fondos de sus países respectivos, España y Rumanía.

A Franco le temían, reza el dicho de vulgo (vox populi vox dei) Y por eso, en vida del jefe de estado anterior, quinquis y gitanos anduvieron derechos como una vela. Esa es la pura verdad histórica, piense la santa/madre/iglesia lo que piense en el tema

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